miércoles, 28 de octubre de 2009

Durante el ejercicio reposo















Tan importante como el entrenamiento es que los deportistas entiendan que sus hábitos de vida y el descanso, o los períodos de recuperación tras la actividad física, son fundamentales en su proceso, porque en este tiempo el organismo usa a fondo los mecanismos biológicos que nos purifican de los desechos metabólicos generados durante el ejercicio, además de echar a andar los procesos celulares de reparación de tejidos y de generación de moléculas biológicas, como por ejemplo proteínas del tipo enzimas, que son inducidas por el entrenamiento y que luego nos permitirán ser más eficientes. Es lo que se ha dado en llamar entrenamiento invisible, y su fundamento es el descanso activo. 


El aparato circulatorio, tiene varias funciones: sirve para llevar los alimentos y el oxígeno a las células, y para recoger los desechos metabólicos que se han de eliminar después por los riñones, en la orina, y por el aire exalado en los pulmones, rico en dióxido de carbono (CO2). De toda esta labor se encarga la sangre, que está circulando constantemente. Además, el aparato circulatorio tiene otras destacadas funciones: interviene en las defensas del organismo, regula la temperatura corporal, transporta hormonas, etc.

Vean en esta imagen los dos circuitos y en video, lo que representa el A.C.

No, no es una paradoja. Para que el ejercicio resulte realmente beneficioso cuando se tienen problemas de mala circulación y/o varices deben hacerse tantos descansos como nos pidan las piernas.

Si no estamos acostumbrados a la práctica de un deporte o sobrecargamos los músculos locomotores, las piernas empiezan a resentirse y se revelan a través de la hinchazón de los tobillos o la pesadez. Entonces debes hacer una pausa. La vida sedentaria no sólo favorece el desarrollo de las varices, sino que las agrava.

La marcha o la realización de algunos deportes determinados pueden ser beneficiosos, porque la misma compresión que ejercen las masas musculares de las piernas al contraerse impulsa el retorno de la sangre al corazón, venciendo la fuerza de la gravedad que hace que se acumule en las venas y se formen las varices. Entre los deportes, la natación, las carreras, el ciclismo o el footing son recomendables porque requieren un ejercicio regular y se realizan periódicamente.

Pero el ejercicio tiene que contrarrestarse con un reposo adecuado. Si notas que te pesan o se te inflan las piernas, estírate con las piernas levantadas unos minutos, hasta que se vacíen, aunque eso te obligue a realizar pausas frecuentes durante el ejercicio. También puedes masajear ligeramente tus piernas con suaves fricciones (siempre de abajo a arriba) o aplicarte compresas frías para facilitar la compresión de las venas, aunque esta opción puede resultar poco práctica.

No esperes siempre a mañana para empezar a practicar algún deporte o algún tipo de gimnasia que puedas realizar en casa. Y es que incluso para conseguir un completo descanso, es necesario el ejercicio. Lo mejor para superar la sensación de cansancio y desgaste es ejecutar un adecuado movimiento corporal. Una opción interesante es la que ofrece el yoga. Bien realizado, este ejercicio proporciona un buen equilibrio a través de la respiración y posturas relajantes.

Hay que tener cuidado con la dependencia y los excesos. En el deporte, así como en la vida misma, funciona aquello de que todo con mesura.