sábado, 18 de enero de 2014

Dolor de cuello (1ª Parte)


La cabeza es la parte del cuerpo con mayor concentración de peso corporal. Las vértebras y músculos cervicales son los responsables de mantenerla erguida, un esfuerzo constante y mantenido durante todo el día, de no ser por éste esfuerzo la cabeza perdería su verticalidad se ladearía sin control. El esfuerzo mantenido de estos músculos les hace ser propensos a la acumulación de tensión fácilmente.

La columna cervical se caracteriza por ser muy flexible y permitir mayor movilidad que cualquier otra zona de la columna vertebral; por ello, es frecuente asiento de dolor, ocupando el segundo lugar después de la parte inferior de la espalda. 



Se halla poco protegida y puede ser afectada por traumatismos, tensión emocional y otras enfermedades que producen dolor y restringen la movilidad. Unas veces, el dolor cervical puede ser una situación pasajera que desaparece con el tiempo, y, en cambio, otras, precisa de un diagnóstico y tratamiento médico.

El cuello tiene formas de protestar contra el abuso. A veces se trata de un dolor localizado en el cuello mismo y otras es un dolor que se extiende a los brazos, a la cabeza o a la espalda. Se puede sentir hormigueo y adormecimiento en los dedos de la mano, dolor en la nuca o notar mareo y náuseas.


En el gimnasio: El dolor en esta zona y en la parte superior de los hombros, suele aparecer cuando nos ejercitamos en las máquinas de estimulación muscular, al practicar running, abdominales o en el spinning (al apoyar demasiado los brazos, la posición del cuello no es la más adecuada). Ademas de dolor, "también puedes sentir desequilibrio, nauseas o mareos, ya que la tensión en esta zona dificulta la llegada de sangre al cerebelo".

Desafortunadamente para muchas personas que sufren de dolor en el cuello el diagnostico más común será el de espasmo muscular el cual se puede acompañar de rectificación de las vértebras cervicales. El tratamiento médico por lo general consisten en relajantes musculares acompañados de analgésicos, al igual que con los problemas de la espalda lumbar, este tratamiento no esta dirigido a corregir el problema principal del que se originan los dolores: la debilidad o laxitud de los ligamentos y tendones.

Las lesiones y consecuente debilidad en los ligamentos de las vértebras cervicales es la principal causa de los dolores crónicos de cabeza tensionales (incluida la migraña cervical) y cuello.

Las migrañas cervicales son las que se presentan con dolor en la parte posterior del cuello
, esta es una de las principales diferencias con la migraña tradicional que por lo general no se inicia en este lugar.

La debilidad de los ligamentos posteriores de las vértebras cervicales tanto como los ligamentos intervertebrales no es rara en nuestros días, ya que las malas posturas son cada vez más frecuentes.

Una causa muy común es el uso por periodos prolongados de los ordenadores. Es frecuente que al usar un ordenador llevemos hacia adelante nuestra cabeza para poder leer adecuadamente el monitor (este desplazamiento es más pronunciado al usar un ordenador portátil pues por lo general la pantalla tiende a quedar por debajo de nuestra cabeza), esto hace que los ligamentos de nuestras vértebras cervicales y cuello se estiren. Si se mantiene esta postura por periodos prolongados acabará provocando una debilidad de dichos ligamentos y dolores crónicos.

Como consecuencia de la debilidad de los ligamentos cervicales los músculos de esa región se contraen (espasmos) para prevenir la inestabilidad de la columna y cuello. Esto no sólo aumenta la sensación de dolor, sino que también produce una rigidez en el cuello y hombros (lo que generalmente muchas personas relacionan como estrés).

Al igual que en la debilidad de los ligamentos de la columna lumbar y sacra, la debilidad de los ligamentos de nuestra columna cervical puede ser la causante de dolores referidos sobre todo en los miembros superiores.

Al pasar el tiempo y si no se han tomado las medidas adecuadas, aparece una artrosis cervical, en cuyo momento los síntomas no sólo dependen de los músculos sino también del hueso. Ya en esta situación el dolor puede ser continuo, no disminuye con el reposo, el paciente no puede mover adecuadamente el cuello y tiene dificultades para conducir vehículos o realizar actividades laborales.

La posición vertical que ha adoptado el hombre a lo largo de la evolución de la especie tiene sus inconvenientes y uno de ellos es la frecuente aparición de la artrosis cervical. 

El cuello necesita movimiento y músculos potentes; en general y sobre todo en determinadas profesiones ello no es así y parece que los humanos estamos condenados a padecer cada vez con mayor frecuencia dolor en el cuello.
Existen muchas culturas como la japonesa donde después de pasar 30 minutos al frente de un ordenador, por derecho tiene que levantarse para estirarse, tomar agua y posteriormente regresar a sus labores. Eso se repite cada 30 minutos.

Exploración del cuello



Medición de la movilidad cervical

La movilidad del cuello se debe explorar en las seis direcciones: flexión-extensión y lateralización-rotación derechas e izquierdas; aplicando un ligero empuje suplementario al final de cada movimiento para explorar la totalidad de la amplitud disponible. La rotación ha de explorarse con la mirada del paciente horizontal, para disponer de la máxima amplitud. Se observa mejor si se observa al paciente desde arriba. Esta evaluación es la base del examen físico del raquis cervical. El raquis cervical puede ver perturbada su movilidad en términos de amplitud o de dolor.

Diagnóstico

Perdida de amplitud

Una perdida de amplitud neta, sobretodo en una o las dos rotaciones, no tiene valor real si no se acompaña de dolor. En ausencia de dolor solo es testimonio de la presencia de una artrosis o una rigidez, fenómeno banal más allá de los cincuenta años. Aparece muy progresivamente y el sujeto no se da cuenta hasta que ha disminuido cerca de 45º. Entonces aparece una molestia funcional real en la vida cotidiana, en particular para girarse (por ejemplo en el coche al aparcar). En general es bilateral y simétrica.

Las pérdidas de movilidad más importantes aparecen en caso de afectación (en general artrósica) del segmento C1-C2, en donde se produce casi la mitad de la rotación cervical. En teoría este segmento puede examinarse de manera selectiva haciendo flexionar el cuello al máximo (el mentón sobre el esternón), con lo que se bloquea la rotación de las zonas cervicales media e inferior al poner en tensión las estructuras posteriores. Entonces, en esta posición la rotación residual solo depende de C1-C2.

Los tratamientos manuales asociados a la kinesiterapia, pueden recuperar algo de la movilidad perdida. Pocos grados de más son suficientes para mejorar la función.

Aumento de amplitud

Un aumento de amplitud, observable igualmente en las rotaciones, a veces aparece en las mujeres jóvenes. Es testimonio de una hiperlaxitud, síndrome que puede ser origen de dolores articulares múltiples. La presencia de hiperlaxitud contraindica formalmente cualquier manipulación cervical en rotación, en razón al aumento de riesgo vascular.

Amplitud normal

Muchas cervicalgias comunes no presentan disminución de la movilidad cervical. Es un argumento interesante cuando se supone la existencia de una disfunción de las vías del dolor (como en la fibromialgia o los dolores de las depresiones, en las que no se observa disminución de la movilidad), pero no tiene ninguna especificidad.


El dolor a la movilización es la perturbación más interesante que hay que buscar, ya que marca la verdadera frontera entre lo normal y lo patológico.
Debe buscarse en flexión, en extensión, y en rotación. Este dolor puede afectar, aunque no siempre, la amplitud.

Dolor en flexión

El dolor en flexión es raro. Algunos pacientes lo señalan espontáneamente, se trate de cervicalgias, dorsalgias, o incluso lumbalgias (dolor lumbar habitual, desencadenado por la flexión cervical). Cyriax consideraba este fenómeno como característico de un dolor de la duramadre, sobretodo si contrastaba con las rotaciones libres.

Su explicación era la siguiente: la flexión del cuello estira el conjunto de la duramadre (hasta el final del saco dural) hacia arriba. Si ésta no se desliza libremente debido a un bloqueo de una «protrusión» discal y las adherencias que esta situación implica, su estiramiento hacia arriba se vuelve doloroso. Este estiramiento reproduce el dolor espontáneo. El dolor en flexión podría traducir una patología discal llamada “protrusiva”.

Dolor en extensión

Los dolores provocados por la extensión del cuello no son nada frecuentes.

Algunas radiculalgias aparecen de esta manera, probablemente por el cierre del agujero de conjunción cervical en extensión. También, quizás, ciertas fisuras discales del anulus anterior se hacen dolorosas ¿por la tracción que ejerce sobre ellas la extensión?

La reproducción de una radiculalgia por combinación de extensión, rotación y lateralización del mismo lado (maniobra que cierra el agujero de conjunción) constituye el test de Spurling, cuya positividad testifica el origen cervical de una radiculalgia (poco sensible pero muy específico). Aquí también el mecanismo probable sería el cierre del foramen.

Dolor en rotación

Los dolores provocados por la rotación y la latero-flexión son muy habituales en casos de cervicalgia común. Son dos movimientos simultáneos, de hecho se trata de un único y mismo movimiento en las partes medias e inferiores d la columna cervical.

Sólo son independientes en la charnela cráneo-cervical (C0- C1 y C1- C2). Los dolores aparecen al final del movimiento y se acompañan generalmente de una pérdida de amplitud variable, en bloqueos francos el mentón no alcanza el muñón del hombro.

Estos síntomas en general son unilaterales, en el mismo lado del dolor, a veces en el lado opuesto.