sábado, 18 de enero de 2014

Dolor de cuello (Cervicalgias)





















En el caso de los corredores es frecuente las dolencias del cuello por la continua presión a la que se ven sometidos los discos intervertebrales y las posturas y gestos que empleamos en la carrera, sobre todo cuando vamos inclinados subiendo cuestas.
Al mantener estas malas posturas suelen sufrir de una dolencia muy común conocida como cervicalgia.
Las sobrecargas musculares, son la causa más habitual
Alrededor del 10% de la población adulta sufre en algún momento de su vida una cervicalgia, un dolor que habitualmente se presenta en la cara posterior o en las laterales de cuello. La columna cervical consta de 7 vértebras que forman un suave arco de convexidad anterior y que contribuye a mantener el equilibrio de la cabeza.

Ese equilibrio es correcto cuando, mirando hacia delante, colocamos un cartón entre los dientes y éste se mantiene en posición totalmente horizontal.

Esta posición de equilibrio es muy importante, ya que fuera de ella la musculatura está trabajando, lo que explica el aumento de la incidencia de cervicalgias como consecuencia de posturas incorrectas, forzadas y mantenidas mucho tiempo.
También con la edad se altera ese equilibrio como consecuencia de los cambios degenerativos en la columna cervical. Es el motivo más frecuente de dolor en las personas mayores, pero hay muchas otras causas que pueden originar dolencias del cuello.

Tipos de cervicalgias

El dolor de cuello puede presentarse de forma aguda, generalmente por una contractura muscular. Este es el caso del tortícolis que aparece de manera casi repentina, sin causa inicialmente sospechada ni aparente. Cede en unos días con tratamiento decontracturante. El dolor y la dificultad para realizar algunos movimientos son los síntomas dominantes, que en algunos casos pueden llegar a impedir el desarrollo de actividades cotidianas.

La cervicalgia crónica afecta aproximadamente al 10% de la población adulta. La sufren más las mujeres, posiblemente porque trabajan en mayor número delante de pantallas de visualización de datos, realizan tareas caseras que obligan a mantener el cuello flexionado o desarrollan actividades laborales que condicionan posturas forzadas del cuello. El mantenimiento de estas posturas durante horas ocasiona contracturas musculares dolorosas.

Las contracturas y los dolores musculares, al igual que el dolor de espalda, pueden tener diferentes causas: postura incorrecta, falta de movimiento, estrés, estados emocionales negativos.

Es posible hacer muchas cosas en propósito: desde la actividad deportiva que ayuda a reforzar la musculatura a los masajes de diferente tipo, hasta los miorrelajantes y antiinflamatorios que, no obstante, no pueden representar una solución permanente puesto que su utilización a largo plazo produce efectos secundarios.

Hasta que la estructura esquelética no refleje una postura ideal, el dolor muscular debido a las contracturas o tensiones de los músculos volverá a presentarse siempre.

La corrección del Atlas no constituye ciertamente la solución a los problemas de estrés cotidiano, pero puede mejorar de modo duradero la postura y el tono muscular de base reduciendo las contracturas musculares crónicas.


En pocas palabras, significa que el estrés, incluso después de la corrección del Atlas, puede tener igualmente efectos negativos sobre el cuerpo, pero si a dichos efectos sumamos una posición incorrecta, el impacto resulta frecuentemente mucho más fuerte, lo que hace que se alcance rápidamente el umbral del dolor.

Otro tipo de cervicalgia, la producida por artrosis del raquis cervical, es frecuente en adultos. Sus síntomas más importantes son el dolor, localizable en cuello y hombros, y la rigidez o limitación de los movimientos. Cuando está muy avanzada pueden sentirse mareos, ya que las arterias vertebrales pueden verse afectadas por los osteofitos, crecimientos óseos típicos de los procesos degenerativos.
Son habituales también la sensación de hormigueo, adormecimiento en manos y dedos, también en hombros y extremidades superiores cuando están afectadas las raíces nerviosas que emergen entre las vértebras de la columna.

La hernia de disco intervertebral es causa de dolor cervical irradiado al hombro y brazo en personas jóvenes. Comienza bruscamente y puede estar precedido de traumatismos, - en ocasiones aparentemente banales -, o de movimientos forzados, aunque a menudo no hay una causa clara en su origen. Casi siempre se ven afectadas las vértebras cervicales más bajas y son habituales la limitación de la movilidad y el dolor, que se agravan con los movimientos, la tos y los estornudos. Estas hernias surgen más frecuentemente en personas jóvenes porque en los adultos la deshidratación de los discos y la degeneración de su núcleo pulposo impiden que aparezca esta lesión. Más información en este enlace

El síndrome del latigazo cervical es una de las patologías más frecuentes en los accidentes de tráfico. Al chocar, el cuello y la cabeza sufren un violento movimiento de balanceo hacia delante y atrás. Como consecuencia de ello y dependiendo de la violencia del impacto pueden llegar a desgarrarse ligamentos, estirarse los músculos, desplazarse las vértebras (esguince cervical), dañarse los discos intervertebrales y hasta producirse hernias discales. El dolor y la limitación del movimiento pueden durar meses e incluso pueden cronificarse.  Más información: en este enlace.





El papel del estrés en la cervicalgia crónica está admitido, aunque no se conoce muy bien por qué el estrés y la ansiedad ocasionan cervicalgias. Las personas estresadas se quejan de dolor en el cuello y en la parte alta de la espalda, normalmente asociado a contracturas musculares.

Las desviaciones de la columna vertebral y otras enfermedades óseas (osteoporosis, osteomalacia, enfermedad de Paget, etc.) son causas menos frecuentes de cervicalgias.


El 30% de los dolores musculares de cuello y espalda se deben a una incorrecta masticación, especialmente por mordida cruzada. Una de las posibles causas del menor rendimiento físico por parte de los deportistas puede deberse a procesos inflamatorios en músculos y articulaciones que tienen su origen en la aparición de infecciones en la boca. Los procesos infecciosos, ya sean de origen dental o periodontal, pueden ralentizar la contracción-relajación del músculo y provocar una pérdida de tono fibrilar y sensación de fatiga en el deportista.